The Cook Book

Cuántas veces no hemos escuchado que la verdadera belleza está en el interior, que el físico no lo es todo, que valemos por quienes somos y no cómo somos. Apuesto a que millones, y otro millón más de veces hemos dicho que nosotros no somos de los que nos fijamos en el físico o que el exterior no nos importa. ¿Realmente decimos la verdad? Penélope (2006) nos da una interesante manera de responder esa pregunta con la historia de Penélope, proveniente de una familia de la clase alta, aunque hechizada, que nace con nariz y orejas de puerco, cuyo hechizo solo puede romperse cuando alguien de su propia clase la quiera por como es. Sin duda un mensaje para ese lado superficial y materialista que todos tenemos dentro.

Bueno, quería compartirles una experiencia que acabo de vivir. Antier me desperté y de la nada lo primero que me llega a la mente fue la imagen de un tigre de azúcar sobre una cartulina negra. Regresé de la escuela totalmente inspirada a recrear la imagen de mi mente y bueno, pues he aquí el procedimiento y resultado, lo tomé para enseñárselo a un amigo pero vale la pena subirlo al blog.

No es lo más apetitoso ni elaborado ni mucho menos, pero hice unos sándwiches muy ricos con queso y jalapeños que uff. Me transportan a cuando mi mamá los hacía hace años. También hicimos tostilocos los originales de Tijuana. Sólo nos falto el clamato. Ah y un rico cerealito de desayuno, yum!

Es interesante cómo lo que vemos despierta emociones en nosotros. Cómo ésas emociones son diferentes de una persona a otra aún cuando lo que se ve es lo mismo. Aunque lo que se mira no lo es. A mi la imagen de esa almohada me hace querer abrazarla, olerla y aplastarla. Y ese Rosario me trae recuerdos y despierta en mi ganas de platicar y escuchar a alguien. Cada persona percibe cosas diferentes de lo que ve. Hace unas semanas tuvimos días muy fríos. Tomé una foto de la nube que nos cubrió por días, y que enfrió la cuidad. Una foto donde se unen dos climas: frío y nublado y templado y soleado. Además, in entrando a mi casa cuando una mirada se clavó en mi. Al alzar la mirada, a ese gato negro vi. No se que tengo con los gatos pero me encanta verlos y que uno me viera, uff...